martes, septiembre 26, 2006

Nirvana está en época de cambios, y todos juntos deben superarlos

Estas dos últimas semanas no se desarrollaron con la misma normalidad como las que de costumbre venía atravesando Nirvana. A esta altura ya no es noticia que el club del sur ha dado un paso realmente agigantado, para dejar atrás la etapa de fútbol 9 y emprender el desafío para consolidarse en canchas de magnitudes más amplias.

Realmente es favorable este cambio, pero lamentablemente siempre que se producen modificaciones se inicia una etapa de transición, de situaciones nuevas por las cuales atravesar y de decisiones importantes.
Todos estos nuevos momentos donde Nirvana intentará salir victorioso, no solamente en el aspecto futbolístico, serán sin lugar a dudas difíciles de superar. Pero no es una tarea imposible.

Como punto a favor, el aurinegro ya ha atravesado en varias oportunidades por cambios en su mística futbolística. No debemos olvidar que toda está movida de Nirvana nació con un conjunto mucho mas pequeño que el actual, en donde hoy solamente siguen presentes Juan Patricio Ramos, Edgardo Gera Juri y Juan Manuel Ramos. Un tiempo mas tarde ya empezaron a dar sus primeros pasos en la institución los jugadores Juan Salvador Ramos, Patricio Ojon Castagnaro y Martín Pocho Iannonne.

El team batallaba en un campeonato realizado por la zona de Liniers, y estaba conformado por cinco jugadores de campo y un arquero (que por esa época era Gabriel Lalín).
Luego, decidió cambiar el campo de juego, mudándose a parque norte. Y fué ahí donde comenzó esta seguidilla de cambios.

El plantel se vió modificado no sólo en el número de integrantes, sino también en los nombres. Para ese entonces ya empezaron a desaparecer figuras importantes, pero a su vez surgieron nuevos talentos y eso debilitó mucho la unidad grupal. Pero de a poco y con confianza se sobrellevaron algunos de esos problemas, y Nirvana siguió remando para consolidarse nuevamente. No lo logró definitivamente, pero de todos modos llegó a buen puerto.

Pasada esta etapa, los muchachos que brindaban servicio al plantel decidieron pasar a fútbol 7. Al principio les costó un poco adaptarse, pero no tardaron mucho en acostumbrarse y el equipo comenzó a lograr resultados positivos.
El juego de Nirvana era de bueno a muy bueno, y si bien no era el líder supremo, se ubicaba en las posiciones de alta jerarquía y hacía preocupar a sus rivales.

En ese momento comenzaron a arribar las finales perdidas, el conformarse con no ser campeón y ocupar segundos, terceros, y hasta cuartos puestos. Sin dudas fueron malos momentos, porque el conjunto aspiraba a los máximos puestos en todas las competencias donde jugaba y eso acarreaba algunos problemas dentro del plantel que luego se irían limando.

Bajo la conducción de Adriano Ramos, llegó la decisión de abandonar las canchas de 7 y comenzar un nuevo período en campos aptos para 9 jugadores.
Era la hora de afrontar cambios otra vez. Hubo que realizar obligadas incorporaciones. También hubo jugadores que al poco tiempo de empezar decidieron abandonar al equipo, y esas cosas debilitaron nuevamente la integridad del plantel.

Luego de resultados no tan buenos, se aproximó el alejamiento de Adriano Ramos al cargo de DT, para convertirse en el presidente de la institución (puesto que mantiene actualmente) y dejarle la conducción técnica a su primogénito, Juan Manuel Ramos.

Gracias a Dios se avecinaban excelentes resultados y de su mano llegaron las ilusiones de ser campeón. Hasta ese momento, con la conducción de Juanma el equipo encontró su verdadera escencia, y en la intimidad del plantel eran óptimos los resulñtados que arrojaban tres variables: rendimiento, solidaridad y amistad.
Nirvana se apoderó del campeonato y se clasificó para disputar la copa de campeones, en la cual accedió a la final y lamentablemente la perdió contra Camino a la Gloria.

Realmente en ese momento los ánimos no eran los mejores, pero el plantel continuaba intacto. Los muchachos tenían mucha fé en sí mismos y parecía que nada ni nadie les iba a quitar ése impetú que traían.

Otro cambio de planes. Era hora de dejar las batallas de 9 y emprender un lindo desafío en 11.
Nuevamente cambios en la estructura principal. Nuevas incorporaciones, cambios de posiciones dentro de la cancha y oportunidades para los pibes que algún día, seguramente por justos motivos, se alejaron del plantel.


Aparecen de nuevo los conflictos y los problemas que acarrean los cambios. Esta es la actualidad por la que atraviesa Nirvana. Van solamente dos encuentros disputados en cancha de 11 con resultados altamente positivos (deportivamente hablando) y ya se empezaron a notar las diferencias.

Cabe resaltar una duda que seguramente surgió en el inconciente de los muchachos que sienten profundamente la pasión por Nirvana ¿Superaremos esta etapa?.
Para encontrar una respuesta, sólo debemos comprender lo que se dijo anteriormente en el transcurso de esta nota. Como ayuda, rescato el tema central de la misma: Todos los cambios que afrontó Nirvana, de una forma u otra los superó.

Por eso, les pido a todos los involucrados que nos ocupemos de buscar soluciones a estas nuevas situaciones. Es nuestro deber serles fieles a la historia aurinegra, y superar estos problemas con solidaridad, amistad, respeto, y por sobre todas las cosas unidos, como lo vinimos haciendo desde hace mucho tiempo, y que tantos resultados nos ha dado.

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