El choque con El Rosedal no era más que una excusa para extender el clima festivo en el entorno aurinegro. Nirvana llegaba a la última fecha del Apertura con el título asegurado y el motivo de la cita era celebrar. Encima, enfrente aparecía un equipo que tenía la mente en la Promoción para mantenerse en Primera. Un objetivo para los de Ramos podía ser, quizás, que Juanma convierta varios goles para alcanzar la cima de la tabla de goleadores. Para Tato, Rulo y Pato también podía ser la tarde de la despedida, ya que son pretendidos por clubes europeos. Aunque, más allá de ciertos puntos, en Pilar la cuestión apuntaba únicamente a gritar por el
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La pelota empezó a rodar en un césped que además de su verde natural contaba con una importante cantidad de papelitos negros y amarillos. Y a la hora de jugar, el ritmo que ponía la gente con sus cantos, que prácticamente no se interrumpían, no se reflejó en la cancha. Nirvana pensaba en el arco contrario y El Rosedal, claramente, esperaba en su campo para salir de contra.
Apenas había pasado un cuarto de hora y llegó el pico más alto de emoción en la tarde. Juanma convertía el primero, una exquisita definición, luego de una gran jugada personal. El tacho pegaba rápido y le sumaba tres puntos más a un festejo que no cesaba.
El equipo del sur ni se mosqueó tras la apertura del marcador. Mantuvo la postura ofensiva y continuó en la búsqueda de Juanma. Es que el goleador aurinegro quería convertir como fuere. Y enseguida, después del tanto del delantero, tuvo una ocasión más clara que el agua. Recibió un pase en cortada y quedó increíblemente solo, por el medio, cara a cara con el arquero rival. Sin embargo, el arquero visitante adivinó la intención del delantero, quien trató de eludirlo, y evitó la segunda caída de su valla.
Nirvana siguió yendo y Juanma siguió desequilibrando. Tras una gran apilada del joven delantero, Tato convirtió en gol un preciso centro atrás. El aurinegro ganaba 2 a 0. El 3 a 0 no tardo en llegar, el cuarto tampoco, pero antes existió el descuento visitante. Los goles aurinegros fueron de Juanma y de Guido respectivamente. Nirvana se iba al descanso con un cómodo 4 a 1. Así se fueron los 35 minutos iniciales: con Nirvana conforme por el triunfo transitorio, mientras los visitantes merodeaban tímidamente los alrededores del arco local.
Se terminaba el Clausura para los aurinegros y los del rosedal. Sólo le quedaba un tiempo por delante a Juanma para subirse a lo más alto también entre los goleadores. Y sus compañeros demostraron desde el comienzo que iban a hacer todo lo posible para que el siete se dé el gusto.
Así iba a ser el resto de la segunda parte: todos jugando para que Juan Manuel la meta. Cada tanto, cuando se animaba, El Rosedal daba señales de vida y se acercaba vergonzosamente a Pato y compañía. Pero todo era de Nirvana, que cuando se lo proponía lastimaba en serio. Y no tardó en sacudir las redes otra vez. Juanma recibió un buen pase entre los centrales visitantes y definió categóricamente, con cara interna, luego de eludir al arquero. Se sentenciaba la historia en Pilar. 6 a 0 y con baile. El rosedal volvía a descontar, pero esto no le alcanzaba. Y encima dos jugadores visitantes
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Mientras tanto, el objetivo del tacho seguía siendo que la rata festeje su conquista.
El sexto gol fue nuevamente del siete aurinegro, que conseguía su cuarta conquista, pero esto no le alcanzo para llegar a la cima de la tabla de goleadores, pero si para ser la figura de este partido. Por ultimo, cuando todo había perdido el orden, una gran jugada de Salvi, desemboco en el séptimo y ultimo gol. Partido liquidado y a otra cosa mariposa.
Se acabó el fútbol y todo se sumergió en un festejo que no veía su final en el horizonte. Nirvana gritó campeón por primera vez y los hinchas hasta se acordaron del presidente, con cánticos de agradecimiento. Por fin, todos los laureles quedaron en Lanús, donde la locura por el campeonato permanecerá instalada por tiempo indeterminado en cada corazón aurinegro.
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